Iker Karrera Trail Runner

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ESTILO DE VIDA

2002 fui por primera vez de viaje con un amigo a las Dolomitas. Y ya la rueda no podía parar. 2003 fui a los Alpes. Hice unos cuantos cuatromiles, de entre ellos el Mont Blanc. Ahora me pongo a pensar lo imprudente que fui yéndome sólo a subir esos montes, a cruzar glaciares, sin contar con una preparación técnica adecuada. Todo salió bien, y pienso a veces que podía haber pasado cualquier cosa, pero esos montes me han dado una segunda opción para aprender a hacer bien las cosas.

2003, en agosto de vuelta de los Alpes, supongo que con los hematocritos por los cielos, participé en la carrera, la “Subida Oroel” en Jaca. Mi primera carrera por montaña. Y se me dio muy bien. Y es cuando, realmente empecé a ser consciente de que esto de correr por el monte era lo mío.

2005, participé por primera vez en el maratón de Zegama-Aizkorri. Quedé décimo en la general y segundo Vasco. Fue mi primer pódium. Me hizo mucha ilusión y de una forma, me hizo creer en mi y en mis posibilidades en esto de las carreras por montaña. 2006, me llamaron de la Selección de Euskadi. Competí en la Copa de España, donde al final conseguí ser tercero detrás de dos grandísimos corredores como son Raúl Garcia y Tofol Castañer.

2007, la selección de Euskadi me propuso hacer la Copa del Mundo. Pero en ese momento, necesitaba alejarme de la competición. La montaña me llamaba pero en otra dimensión. Quería hacer otras cosas en ella, conocer nuevas montañas, escalarlas, tanto en verano como en invierno, intentar otros caminos, subirlas por caminos quizás más difíciles pero más espectaculares, estéticos, aéreos,... Y así empecé a escalar más.

En el 2007, me surge la oportunidad de incorporarme en una expedición al Broad Peak, con el objetivo de hacer el Treking del Baltoro. Me quedo impresionado, abrumado por la grandeza de esas montañas, montañas de 6000, 7000 y 8000 metros. Montañas que atraen como un imán. Entiendo a los alpinistas que dejan muchas cosas en casa, para intentar “conquistarlas”. Cosa que nunca se dará, pero la ilusión de un momento de éxtasis, ahogándose por falta de oxigeno en la cumbre, bien merecerá el intento.

2008, verano alpino con mi compañera Idoia. Salimos de casa con una mochila a la espalda, con todo lo imprescindible y volamos a Ginebra. Estuvimos 35 días subiendo y bajando por los Valles Suizos, Italianos y Franceses, escalando cuatromiles y comiendo “Rosti” en los refugios. Hicimos 15 picos de más de 4000 metros. Y nos empapamos de la belleza y la grandeza de los Alpes en toda sus dimensiones.

2009, es el año que vuelvo a competir. Un amigo, me comenta que en Beasain están organizando una Ultra Trail de 100 millas, que cruza los principales montes de Gipuzkoa, entre ellos el Txindoki y Aizkorri.

Sería volver a competir, pero en una distancia que no lo había hecho nunca, y me atraía la idea de probarme con esa distancia. Debo reconocer que, cuando dejé las carreras para dedicarme más al montañismo, sentía que se me había quedado una asignatura pendiente, hacer la UTMB, la prueba reina de las distancias largas en el Trail running.

2010, fue el año de la Ehun Milak, el año de la decepción y de muchas lecciones. Lo preparé con mucha dedicación, quizá demasiada y me pasé de rosca. Llegué cansado de tanto preparar. Cuando vas primero con casi dos horas de ventaja al segundo y falta sólo una cuarta parte de la carrera, pero no eres capaz de seguir, la decisión es muy dura. Cuesta tomarlo, piensas por momentos seguir aunque sea, andando, arrastras. Pero no! Yo no estoy aquí en esto para arrastrarme ni para jugar con mi salud. Fue una decisión acertada y una lección que se me ha quedado grabado en lo más profundo. El año termine haciendo podium el la Cavals del Vent, compitiendo con corredores de nivel mundial y eso me dio una gran confianza para el futuro.

2011, Salomon me propone ser miembro del equipo Español. No podía creerlo. Hace unos años quién lo hubiera dicho. No dudo en comprometerme con este gran equipo, esta gran casa. Oportunidades así viene una vez. Empiezo la temporada retirándome en la primera carrera. Vuelvo a resetear, a poner en entredicho muchas cosas, replantear y cambiar. Cuando caes, es cuando realmente aprendes lecciones importantes.

De entre los objetivos para este año estaba la UTMB. Un sueño al alcance. El poder estar en la línea de salida ya es suficientemente motivador. La temporada ha ido bien, con Miguel Heras he disfrutado de momentos especiales. UTMB, ha sido uno de los días más felices de mi vida. Siento que se ha cerrado una etapa en mi vida y que empieza otra llena de oportunidades y de retos. Una etapa para descubrir nuevos horizontes, nuevas posibilidades, pero siempre en las montañas, donde una vez empezó mi vida y a través de ellas, con ellas, por ellas voy haciendo mi camino paso a paso.
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